MI PROBEMA CON EL GATO DE NATHALIE
¡Oiga profesor!, está usted lo…sorry, sorry. Pero mi gato si es “inteligente”, me resisto a creer lo que usted dice. Mi gato “me quiere” y tiene “sentimientos”. Nada más justo que esta reacción de una estudiante que enfrenta espontáneamente un dilema aparentemente sencillo, en el área del conocimiento. Nathalie era una alumna de teoría del conocimiento que en principio actuaba natural y casi instintivamente, pero inmediatamente reaccionaba, ponía los pies sobre la tierra y caía en cuenta de que, en condición de “alumna IB”, debía ser inquisidora. Debía superar la etapa de la simple predicción y de la duda, constructivas, pero insuficientes. El profesor observaba a la alumna y hacia sus adentros se decía: ¡adelante! sigue discutiendo, defiende tus ideas, tus principios, tus perspectivas, pero hazlo con el rigor indiscutible del “argumento”, con la fuerza de la convicción y el respaldo de la lógica y la coherencia hasta el fin. Sólo entonces los profesores sabremos que estamos por un buen camino, que nuestros alumnos del IB, y todos en general, están siendo bien conducidos, que no los llenamos como receptáculos vacíos o como programas de computadora, sino integral y autoformativamente, donde cada uno de ellos está descubriendo su propio mundo y creando incesantemente su entorno: Esto es la “teoría del conocimiento”, la motivación constante para que el alumno descubra, organice e integre las diversas áreas del conocimiento a su modo particular y crítico de ver el mundo.
¡Que si el gato es inteligente o no! ¡Que si el gato ve en dos dimensiones!, ¡Que el gato tiene sentimientos o no!, ¡Que si el gato y los animales ven solo en blanco y negro y que solo el hombre es el único animal inteligente que ve en color!, finalmente la búsqueda de la verdad continúa… Un conocimiento es tomado como válido cuando universalmente es aceptado como tal, y soporta y supera el peso de cualquier duda, hasta que no surja “alguien” que exponga un argumento tan poderoso que cambie nuestro criterio de ver el mundo y reformule o genere un nuevo paradigma de conocimiento, tan sólido y consistente, que como hiciera Copérnico, reoriente completamente una nueva estructura mental de la humanidad. Mientras tanto, solo nos resta investigar, preguntar, postular…El mundo se ha construido y evolucionado así y hasta ahora es el único que tenemos, por lo pronto, nunca faltará un gato que nos impulse a seguir adelante…!
Andrés Avendaño Z
Profesor de Filosofía
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